sábado, 20 de noviembre de 2010

CUENTO PARA LOS HERMANITOS EGOISTAS...PARA QUE APRENDAN A COMPARTIR...

Evarista la Coneja Egoísta
 Un día de verano, Evarista y su familia se fueron a la playa. Evarista la coneja Egoísta tenía una hermanita llamada Alana que era muy buena y al contrario de ella, sí compartía todo lo suyo.

Evarista había llevado unos baldes muy lindos que le habían regalado por su cumpleaños.

Se puso a armar tortas y castillos de arena cuando de pronto Alana su hermanita le preguntó si podía jugar con ella y sus divertidos juguetes de playa. Evarista le contestó con un rotundo: No! que ni siquiera le dio oportunidad para insistir una vez más.

Alana se puso muy triste, además veía a su al rededor cómo otras hermanitas jugaban felices compartiendo entre ellas todo lo que tenían.

Alana decidió ir a la orilla a buscar cangrejitos y muy muys. Al rato llegaron unos conejitos que curiosos le dijeron: “Conejita, qué buscas tan entretenida?”
“Cangrejos y muy muys” dijo Alana. “Pero no para llevármelos si no sólo para jugar un rato con ellos y devolverlos al mar donde viven felices”.
“Suena súper!” dijeron los niños. “Podríamos hacer lo mismo?”

“Claro!” dijo Alana sin pensarlo dos veces.

De pronto Alana estaba riendo y jugando muy feliz rodeada de muchos conejitos mientras Evarista seguía solita armando sus tortas y castillos. Evarista al rato se sentía muy aburrida y cuando volteó pudo ver como su hermanita estaba re contenta subida en el bote de uno de sus amiguitos. Por ser una buena conejita la habían invitado a subir para pasear un rato cerca de la orilla. Escuchaban música, bailaban, comían dulces, reían y jugaban sin parar.
Qué lindas vacaciones estaba pasando Alana y qué aburridas vacaciones pasaba Evarista por ser tan egoísta.

Evarista sentía unas ganas increíbles por estar en el lugar de su hermanita. “Cuánto daría por estar en su lugar” decía.

Alana se dio cuenta de que su hermana se moría de ganas de subir así que les preguntó a los demás conejitos si podía invitar a su hermana. Le dijeron que no había ningún problema así que la fue a buscar y le preguntó si quería unirse al grupo.

Evarista se quedó sorprendida porque ella siempre la había tratado con tanto egoísmo…
La miró con lágrimas en los ojos y se acercó para darle un fuerte abrazo y no tanto por el hecho de poder subir al bote si no que se dio cuenta de lo buena hermanita que era Alana y lo noble que era. La quería mucho y no se había dado cuenta.

Se dieron la mano y fueron corriendo para subirse al bote. La pasaron súper divertido. Al bajar, Evarista le prestó a todos sus juguetes y continuaron divirtiéndose hasta muy tarde ese día.

Enseñanza:-
1.-Trata a los demás como quisieras que te traten a ti.
2.-Para recibir hay que dar primero
3.-Compartir nos hace mejores personas y es una gran puerta para la amistad.
4.-Uno nunca sabe cuándo necesitaremos la mano de alguna persona.

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